Angel Martín


Sientes los latidos de su corazón?-me preguntó el doctor... No lo podía creer! estaba dormido dentro de mi panza hasta que lo vi. Llegó todo bello, todo suave todo esperanza, llegaba mi propio ángel de la guarda. Lo menos que podía hacer era armar una mantita para abrigarlo.
Ésta es la primera que hice de muchas que vendrían, de muchas que se han ido, por suerte y gracia divina, mi ángel Martín está a mi lado y como ya está grande, me abriga con sus abrazos...

-